http://www.youtube.com/watch?v=RJeYQF4gQLs
En octubre de 2006 Jorge Reyes festejó 30 años como compositor y 20 de iniciar conciertos en el Espacio Escultórico con la presentación de su tradicional espectáculo denominado Con su ánima sola, con el que lograba acercar al público al sentido tradicional de la fiesta mexicana de Día de Muertos, bebiendo de su sincretismo y de sus infinitas posibilidades de renovación creativa.
Este jueves 29 de octubre, a las 20:00 horas, el ánima del desaparecido músico mexicano volverá a vibrar desde el centro del monumental círculo de lava de Ciudad Universitaria a través del espectáculo Ofrenda-Homenaje a Jorge Reyes que organiza la Coordinación de Difusión Cultural con la colaboración de la Comisión Bi 100- Bicentenario en la Ciudad de México.
La Ofrenda-Homenaje a Jorge Reyes es un espectáculo que tiene como finalidad participar en la continuidad y permanencia de la celebración de Día de Muertos y mostrar que dentro del marco de las culturas y las tradiciones populares, existe la posibilidad de explorar nuevas formas de participación y expresión.
El espectáculo será una suerte de remix del trabajo de quienes colaboraron con el polémico compositor de música prehispánica-electrónica, apoyado con videos del propio Jorge Reyes e imágenes de la celebración de Día de Muertos. Durante el espectáculo se contará con la participación de Pablo Arellano y Aleia, Vedant y Syncromaya, Aliosha Barrios, así como Hiperboreal -nortec collective-.
Al final se podrá escuchar poesía funeraria en la voz de Ariane Pellicer, la danza ritual de los Nok-Niuk, con danzas prehispánicas, tambores y caracoles, así como la iluminación de Víctor Zapatero.
Jorge Reyes inició el acercamiento a la música ancestral mediante el despliegue de su múltiple capacidad para combinar los sonidos de diferentes tipos de flautas, tambores, piedras, caracoles, vasijas, campanas tibetanas, cuernos de borneo y java, teponaztlis aztecas, tunkules mayas y su propio cuerpo como caja de percusión por el que fluía la fuerza de la música concebida como una liturgia de la modernidad.
Durante 20 años realizó conciertos memorables en el Espacio Escultórico que tanto amaba y al cual consideraba un sitio sagrado. Reyes hizo de este espacio un recinto propicio y propiciatorio para sus espectáculos rituales, plenos de sonoridad, poesía, luz y color.
Entre la vibración de la música que retumbaba en la roca volcánica y se expandía en todo el círculo de lava, Reyes creaba experiencias profundas en su público, interpretando música misteriosa que emanaba de un arsenal de instrumentos de origen prehispánico como tambores, teponazcles, caparazones de tortuga, piedras, sonajas, vasijas, diferentes tipos de flautas, ocarinas, campanas tibetanas, tunkules mayas... junto a instrumentos electrónicos.
El músico mexicano que tocaba 300 diferentes instrumentos, se acompañaba también de danzantes indígenas mexicanos ataviados con los trajes tradicionales de los antiguos rituales prehispánicos y frecuentemente utilizaba la voz a manera de oración y encantamiento, convirtiéndola en el elemento propiciatorio del misterio y la evocación.
El mismo Reyes utilizaba su cuerpo como una caja de percusiones y con el sonido que lograba extraer y su respiración rítmica, conseguía producir un efecto hipnótico. El polémico músico, que sumaba a su espectáculo, iluminación, teatro y danza llevó también sus espectáculos a distintos países del mundo.