Si
tus hijos están pegados al televisor se convertirán en meros espectadores, todo
transcurrirá ante ellos como una película en la que no se sienten implicados:
jamás serán protagonistas de su propia vida. Hay que cultivar el juego, la
exploración del mundo que nos rodea, el placer (dando valor y deleitándonos en
lo que vemos, olemos, escuchamos, sentimos, comemos, vivimos), la sorpresa, la
novedad, el cambio, la transformación y la confianza, no favorecer el
inmovilismo, la negatividad, la indiferencia, la postergación, el miedo, el
derrotismo y el negativismo.
Pero
para conseguir niños despiertos y motivado hay que trabajar con ellos desde muy
pequeños dedicándoles tiempo y sobre todo brindándoles calidad efectiva y
experimental, sin caer en actitudes protectoras, sensibleras o sentimentales,
porque nadie puede crecer sin obstáculos, y rodearles de “algodones” no
favorecerá para nada su maduración. Prueba a que intenten superar por sí mismos
las pruebas de su camino y llegarás a sorprenderte de sus recursos. Y no dudes
de que si la base afectiva que les has proporcionado es sólida, difícilmente loe
abatirá el primer huracán que pase; sabrán cimbrearse como el junco y volver a
erguirse fortalecidos y mucho más seguros de sí mismos. Sólo implicándose,
viviendo, experimentando y aceptando que el dolor es un buen maestro se
consigue aprender para que la próxima vez no te cojan desprevenido.
MADRES
CREATIVAS HIJOS FELICES, Marta Molas, Ed. Amat
En
otras palabras fomentar la resiliencia en los niños, es decir que nuestros
hijos no se queden en la carencia, que hagan algo bueno, algo funcional, algo positivo
a partir del dolor.
Les
recomiendo leer HIJOS FUERTES, Julia Bobolla, Ed.Escuela para padres.
Es
un manual práctico con estrategias comprobadas para que nuestros hijos (y
nosotros mismos) seamos más fuertes para enfrentar la vida y sus inevitables
penalidades y así salir fortalecidos de la adversidad.
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