BIENVENIDAS

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viernes, 5 de agosto de 2016

CADA DÍA UN RATO DE DIVERSIÓN

Nunca te vayas a dormir sin haber jugado y reído con él, sin haberle dicho que le amas y cuán feliz te hace su compañía. Cuando el bebé crece, empieza a colaborar en juegos sencillos: le gusta que le tapen la cara con un pañuelo suave y no tarda en quitárselo son una sonrisa picarona y divertida. Les divierte todo lo que hace ruido, tirar objetos al suelo por el gusto de escuchar como suenan el estrellarse; les apasiona cualquier cosa que se mueva o tenga lucecitas que se enciendan y se apaguen, los muñecos suaves, todo lo que se puede apretar, mover o desplazar. Les apasiona chapotear en el agua y meter las manos en papilla para notar la textura pegajosa, chupar objetos y, sobre todo, las cosas nuevas, ya que de pronto se cansan de sus juguetes y desean explorar el mundo que les rodea. Los juguetes o cualquier cosa que se le dé al niño deben reunir los requisitos básicos de no ser tóxico, punzante o tan pequeño que se lo pueda tragar o que ofrezca algún peligro para él.
También adoran las cosquillas y cualquier juego-canción que transcurra por encima de su cuerpo o acabe en algún punto de este, como por ejemplo, la canción de las hormiguitas y los elefantes (con ambas manos se sube por el cuerpo del niño empezando por los pies, mientras se repite “suben, suben, suben las hormiguitas” (ha de ser suave y lento). Luego, al cabo de dos o tres veces las manos se detienen en la cabeza y se dice: “Bajan, bajan, bajan los elefantes” y esta vez el recorrido será con toda la mano entera desde la cabeza a los pies imitando los movimientos pesados de un elefante.


MADRES CREATIVAS HIJOS FELICES, Marta Molas, Ed. Amat.

Una casita
Una casita 
(Con el dedo índice recorres el contorno de la cara del bebé)
muy redondita 
(le tocas la barbilla)
Con dos ventanitas
(le tocas los ojos)
y una puertita
(le tocas la boca)
y un timbre: Riiiiing...
(le tocas el ombligo)

Dos ojitos
Dos ojitos para mirar
Dos orejitas para escuchar
Una naricita para oler
y una boquita que le gusta comer.

Aserrín: ponemos al bebé en nuestro regazo mirando hacia nosotros, le agarramos de las manitas y vamos meciéndolo hacia delante y hacia atrás mientras entonamos esta cancioncilla. Según el bebé vaya haciéndose mayor, el balanceo también puede ser más exagerado. A los niños les encanta casi ponerse boca abajo.

Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan,
piden pan no le dan,
piden queso lo dan un hueso,
piden vino si le dan,
se marean y se van.

La canción de las manitas: sentamos al bebé en nuestras rodillas podemos ponerle tanto mirando hacia donde estamos nosotros, como al lado contrario, y ponemos nuestras manos al alcance de su vista mientras hacemos lo que indica la canción.
Poco a poco, también podrá repetir los gestos.

Saco una manita la hago bailar,
La cierro, la abro y la vuelvo a guardar
Saco otra manita la hago bailar,
La cierro, la abro y la vuelvo a guardar
Saco las dos manitas las hago bailar,
Las cierro, las abro y las vuelvo a guardar.

Palmas palmitas: el niño se sienta en nuestro regazo mirando hacia nosotros o también podemos ponerle en sentido contrario. Le agarramos de las manitas y le ayudamos a aplaudir.
Poco a poco, intentaremos que él solito aplauda. Al final de la canción podemos hacer unas cosquillas en la barriguita del bebé, la próxima vez que le cantes la canción, esperará con una sonrisa, el momento de las cosquillas.

Palmas, palmitas,
higos y castañitas,
azúcar y turrón 
para mi niño/a son.


Los cinco lobitos
Toma el piecito o la mano del bebé y mueve sus deditos uno a uno mientras cantas:

Cinco lobitos tiene la loba,
Blancos y negros, detrás de una escoba.
Cinco tenía. Cinco criaba.
Y a todos los cinco lechita les daba.
Moviendo el dedo gordo del pie.

La canción del caballito: con el bebé o el niño en nuestras rodillas y mirándonos a la cara, comenzamos a cantar la canción mientras elevamos las piernas arriba y abajo con cuidado.
Según digamos al paso, al trote o al galope, movemos las piernas con más velocidad. El bebé querrá repetir una y otra vez la canción del caballito, y además puede ir aprendiendo la diferencia entre despacio y rápido.

En un caballito gris (nombre del niño) se fue a París,
al paso, al paso, al paso...
al trote, al trote, al trote...
al galope, galope, galope…

Este dedito
Agarra el pie de tu niño, y comenzando por el dedo chiquito del pie, mueve uno a uno los deditos con cada verso, terminando con el dedo gordo del pie. Al final hazle cosquillas en los pies.


Este dedito… compró un huevito.
Este lo cocinó.
Este le echó la sal.
Este lo probó.
… ¡Y éste pícaro gordo se lo comió!



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