Empezar cada día "con la cuenta en cero"; regalar tiempo; acoger; permitir al otro ser él mismo; darse; "querer al otro como quiere ser querido" son algunas de las estrategias ganadoras para la vida matrimonial.
Fuente: Padres OK
Las estrategias ganadoras, como señalan las autoras de “Secretos y complicidades del matrimonio”, “son aquellas que potencian nuestros aspectos lúcidos y luminosos y que se reconocen porque se acompañan de vivencias y experiencias positivas. (…) Incrementan la seguridad y confianza en los recursos personales, afianzan nuestro bienestar y felicidad, lo que de modo directo o indirecto, verbal o no verbalmente, se transmite al cónyuge. (…) Muchas de estas estrategias se van descubriendo y construyendo a partir del conocimiento profundo del otro; por ello no existe “una sola” receta”.
A continuación tomamos 7 estrategias ganadoras descritas en “Secretos y complicidades del matrimonio”, como para reflexionar y tener en cuenta.
"¿Ceder?"
Si bien muchos creen que en la vida matrimonial es muy importante aprender a ceder, otros afirman que hay que “optar por el amor”.
Un matrimonio afirmó que “ceder es transformar la relación en desigual; nosotros no cedemos para nada, negociamos soluciones satisfactorias para ambos”.
Al ceder, comentan, sienten que opacan el amor con las sombras de los resentimientos que se crean, más aún, agregaron: “por convicción y doctrina optamos por el amor, no nos imaginamos 50 años cediendo”.
Ellos están en lo cierto, porque al ceder uno siente que pierde algo en sí, en cambio, cuando se opta por el amor, se da y entrega dentro del matrimonio, definido como “una comunidad de vida y amor”.
“Querer al otro como uno quiere ser querido”
Entre las estrategias que mejoran la convivencia, sin duda hay que subrayar aquella en la que los cónyuges han decidido amarse, esto es, querer al otro como uno mismo quiere ser querido.
Como señala un marido, “amar es independiente de lo que hacemos, porque ciertamente muchas veces actuamos de forma tal que desquiciamos al otro; incluso puede ser tanto el desatino de su actuar que podemos llegar a considerarlo un desastre. Yo percibo en ella algo así como: a pesar de lo que hiciste, te amo. De hecho aprendí de ella esa decisión de amar.
"Darse"
Esta capacidad de donación, en todo orden de cosas, se vuelve una experiencia que nos ayuda a ser distintos.
Como dice un marido, “yo era más egoísta, puedo ser generoso con la plata, pero egoísta con mi tiempo, con lo que pensaba hacer, con lo que yo creía que era el modo de hacer las cosas, pero al no ver en ella egoísmo, al ver que ella me permitía ser y hacer, fui cambiando, transformándome y hoy no soy el mismo que era antes de comprender este secreto”.
“Saber que puedo ser yo”
Al “sentirse tal como uno es”, no criticado, se genera un clima donde las diferencias pueden ser habladas sin sentirse amenazado; ello permite ser persona, ser uno mismo, libre, espontáneo, presentarse sin máscaras.
Según explica una esposa, “es muy importante aceptar al otro tal como es; yo en mi caso tiendo a querer cambiarle las conductas que me molestan, ahora pienso que lo mejor es admitirse y tolerarse. El apoyo saca lo mejor; saber que puedo ser yo, libre espontáneamente. Es fundamental la libertad dentro de la pareja, saberse aceptado, poder decidir solo y saber que al otro no le va a parecer espantoso. El respeto potencia lo mejor, y aleja la posibilidad que nos descalifiquemos”.
"Acogimiento"
“El acogimiento de ella saca de mí lo mejor; es algo que reduce las tensiones, porque cuando uno llega angustiado, enrollado, sin poder pensar y lo reciben bien, automáticamente baja la presión, y cuando uno está desanimado se activa”, cuenta un esposo.
Asimismo, “cuando me enredo mi marido me ayuda a aclararme, si estoy indecisa reduce mis dudas; en todo eso el capta muy bien lo positivo que hay en mí y trata de que aflore”.
"Dar tiempo"
Existen otras maneras de donarse y, entre ellas, los matrimonios enfatizan la importancia de “entregar parte de su tiempo personal”, para construir el matrimonio, como decisión consciente y voluntaria.
Se preguntarán ¿cómo? Una de las formas señaladas fue por medio del cultivo de la vida de relación, participando en “grupos de matrimonios en los que se habla con la verdad; un lugar y un tiempo para mirar de frente los aspectos buenos y aquellos que no lo son. Se es matrimonio en la vida cotidiana, desde que se amanece hasta que termina el día, aun cuando ello no signifique pasar las 24 horas del día juntos. Por ello es importante invertir tiempo y energía”.
Las parejas contaron a las autoras de “Secretos y complicidades en el matrimonio”, que no basta con ir a cursos y charlas sobre los niños, las que sin dudas pueden ayudar a ser buenos padres. “Si privilegiamos el rol de padres a costa de la pareja, podemos pasar años sin oír hablar del matrimonio, sin vivirlo”.
"La cuenta en cero: optar por el hoy"
Otro aspecto que destacaron fue “optar diariamente por empezar de nuevo”. Aunque ello no significa olvidarse del día anterior o del que vendrá mañana, puede ser muy esperanzador saber que con cada amanecer se presentan nuevas posibilidades, afanes distintos, que no hay un débito o una cuenta pendiente por pagar.
La esperanza es una virtud relacionada con la confianza. Como indica una esposa, “la esperanza para nosotros es fundamental y ello se traduce en la opción de empezar todos los días de nuevo; a veces la gente no nos cree, porque las posibilidades de discutir y de pelear son mayores, pero tener la decisión de partir todos los días con la cuenta en cero es muy alentador”.
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